¡Hola! Bienvenidos a Entrevistas a Mentes Curiosas que van a inspirarte a sacar el mejor tesoro que llevas en ti. A la mayoría de personas les gusta bailar, sobre todo si ponen tu canción preferida.

Pero, ¿hay algo más que pueda aportarte el baile aparte de diversión?

Según Nuria Gallego el movimiento y el baile podrían incluso ayudarnos a sanar. Vamos a darle paso para que nos lo pueda contar mejor.

¡Bienvenida Nuria!

YAIZA: Nuria, para todas las personas que no te conozcan, ¿podrías contarnos un poco tu historia y qué es lo que haces mediante el movimiento y la escritura?

RESPUESTA DE NÚRIA:

¡Hola, Yaiza! En primer lugar, antes de contarte sobre mí, quiero agradecerte la posibilidad que me has dado para presentarme en tu comunidad. ¡Muchas gracias!

El momento clave en mi historia ocurrió hace 7 años, a finales del 2010. Ese otoño empecé a tener ataques de ansiedad, que siempre aparecían en el trabajo. Por aquel entonces, era teleoperadora de telefonía móvil.

Sin saber muy bien por qué, me ponía a llorar y no podía parar. Esos llantos siempre estaban acompañados de pensamientos acerca de mi muerte. Como notaba las pulsaciones del corazón muy fuertes y rápidas, creía que iba a tener una parada cardíaca.

Al final, siempre terminaba en urgencias, donde me daban una pastilla para relajarme que me tumbaba en la cama durante horas, completamente exhausta.

Tras varios episodios de este tipo, mi médico de cabecera me dijo que aquello era ansiedad y me recetó un ansiolítico.

Al principio, el ansiolítico me fue muy bien para que las sensaciones corporales que me angustiaban disminuyeran. No obstante, no quería hacerme dependiente de esas pastillas, por lo que empecé a buscar respuestas en otros lugares.

Así, un día en el que fui a que Amma me diera un abrazo, encontré un cartel que anunciaba un círculo de mujeres basado en la danzaterapia.

En aquella etapa de mi vida, estaba muy interesada por conocer el ciclo menstrual, así que me apunté al grupo.

Todavía recuerdo mi primera sesión de movimiento. Tremendamente intensa. Solo con el calentamiento corporal, empecé a notar una serie de sensaciones totalmente desconocidas para mí: un vacío en el centro del pecho y un cansancio enorme.

Aquello me permitió saber que no tenía ni idea de qué emociones había en mí: no sabía si estaba triste, enfadada o alegre.

Al final de aquella sesión, terminé llena de energía. Conseguí liberar muchas cargas que había acumulado en los últimos meses, por lo que llegué a casa pletórica.

Al cabo de unos meses, me estaba funcionando tan bien la experiencia que decidí apuntarme a la formación que ofrecía la terapeuta que había abierto el círculo de mujeres. En ella, enseñaba la teoría y la práctica de las terapias corporales que ella usaba.

Además de esto, hice terapia personal con ella.

Con toda esta inmersión en mi cuerpo, un día vi que hacía meses de mi último ataque de ansiedad.

No obstante, aquello fue el principio de mi camino. Poquito a poco, fui aprendiendo y dando pasos en mi viaje de autoconocimiento, escuchando mi cuerpo, para llegar a la transformación completa de mi persona.

Ahora, 7 años después, soy una Nuria totalmente diferente.

En medio de este viaje, como el movimiento y la escritura (que incorporé yo al “método”) me habían ido tan bien, sentí la necesidad de compartir mis aprendizajes con el mundo.

Así, nació La escritora de tu vida. Con La escritora de tu vida acompaño a personas (sobre todo mujeres) que quieren escuchar su cuerpo para superar el dolor físico o emocional a través de la terapia de movimiento y la escritura.

YAIZA: ¿Sería posible hacer proceso de sanacion corporal mediante el baile o se trata de otro tipo de movimientos?

RESPUESTA DE NÚRIA:

En la terapia de movimiento no es fundamental bailar. Lo importante, en realidad, es desarrollar la conciencia corporal.

¿Y qué es la conciencia corporal? La capacidad de sentir el cuerpo en profundidad. Es decir, la capacidad de saber cómo se sienten tus piernas, qué hay en tu pecho o cuál es la postura que adoptas frente a una situación.

[bctt tweet=»Al saber cómo reaccionas con tu cuerpo, puedes acceder a las emociones que hay reprimidas en él. Al reconocer y dar un lugar dentro de ti a esas emociones, puedes ver qué es lo que te están pidiendo.» username=»https://twitter.com/YaizaLeal»]

Por ejemplo: la rabia. Muchas personas tenemos dificultades para gestionarla porque no es un sentimiento bienvenido en nuestra sociedad.

Para reprimir la rabia, lo que el cuerpo hace es tensar la parte superior del cuerpo. En especial los hombros, brazos y manos, garganta y mandíbula.

De esta forma, evitamos golpear o gritar, que es la respuesta a la rabia que nuestros ancestros (los de la prehistoria) desarrollaron para marcar sus límites.

Al entrar en contacto con las tensiones en la parte superior del cuerpo, aparece la rabia.

De esta forma, puedes vivirla (para que el cuerpo deje de doler) y, luego, aprender a gestionarla. Es decir, cuando reconoces la rabia que sientes ante una situación, puedes decidir cómo vas a marcar tus límites.

Porque, en definitiva, el mensaje que hay detrás de la rabia es ese: marca hasta dónde quieres llegar o dar. En este artículo profundizo en la función de la rabia.

Respondiendo a tu pregunta, el baile no es fundamental. Aunque, a veces, se da, sobre todo en los talleres presenciales, donde cuento con el apoyo de la música.

En las sesiones de terapia online, trabajo con el movimiento y con el desarrollo de la conciencia corporal a través de las sensaciones que aparezcan.

Con respecto al movimiento, según la técnica que use, puede ser libre o dirigido.

Si es libre, la persona se mueve tal como le salga en ese momento. Si es dirigido, coloco a la persona en una postura concreta, generalmente estresante para el cuerpo, para que así puedan emerger las emociones reprimidas.

YAIZA: Muchas personas prefieren no hablar, incluso no escribir de las cosas que más les duele. ¿Cómo se podrían liberar emociones intensas como la rabia o tristeza mediante el movimiento?

RESPUESTA DE NÚRIA:

[bctt tweet=»Para mí, la grandeza del cuerpo es que todo es sencillo cuando accedes a él.» username=»https://twitter.com/YaizaLeal»]

De hecho, las palabras con las que mis clientas definen las sesiones acostumbran a ser: sencillas y reveladoras.

Al detenerte a escuchar tu cuerpo, todo es más fácil porque, en él, no hay líos mentales. Cuando te paras a analizar tus pensamientos, hablando o escribiendo, aparecen muchas opciones.

Pero, cuando pasas esas ideas por el filtro del cuerpo, tus sensaciones te indican las que son verdaderas para ti, las que te ayudan y las que puedes cumplir.

Para conseguir ese estado, solo hay que dejarse llevar. En ese sentido, a mis clientes, les hablo mucho de la rendición.

Muchas veces nos defendemos de lo que sentimos. En general, por miedo a lo que pueda suceder si nos dejamos llevar. Hay personas que definen esa sensación como una olla a presión: creen que, si dejan salir sus emociones, algo estallará.

Sin embargo, en la práctica, ocurre todo lo contrario. Cuando te atreves a vivir una emoción con toda su intensidad, acaba desapareciendo. Ninguna es permanente. Por eso, es necesario rendirse a lo que sintamos.

Para rendirse a ellas, hay que acostumbrarse a la descarga energética que sucede cuando lloramos, gritamos, gemimos o, en general, cuando expresamos las emociones.

YAIZA: Bajo tu punto de vista, ¿Cómo deberíamos cuidar nuestro cuerpo a lo largo de una semana?

RESPUESTA DE NÚRIA:

[bctt tweet=»Para mí, es fundamental que cada persona escoja lo que mejor le funciona para su autocuidado.» username=»https://twitter.com/YaizaLeal»]

En mi caso, lo que mejor me funciona es introducir el movimiento en mi vida diaria. Es decir, incluir espacios temporales en los que me alejo del ordenador y me muevo de forma variada.

¿Cómo me muevo de forma variada? Buscando diferentes opciones: bailo, practico asanas o secuencias de yoga, ejercicios de bioenergética (una de las técnicas corporales que uso), me habitúo a las sentadillas en reposo, me estiro, hago alguna carrera, camino descalza, hago que mis ojos miren a algo lejano, etc.

A parte de los movimientos, otra cosa que hago son escáneres corporales. Con los escáneres corporales te fijas en cómo están tus pies y piernas, tu pelvis, tu vientre y lumbares, el pecho y la espalda alta, el cuello y la cabeza.

Así, detecto sensaciones o emociones en mi día a día que a veces son importantes y otras son pasajeras.

De todo esto que hago, si me preguntas qué es lo esencial, te diría un ejercicio: el enraizamiento.

El enraizamiento es el ejercicio básico de la bioenergética. Su función es ponerte en contacto con tu realidad corporal, ya que te obliga a bajar al cuerpo para reconocer las sensaciones y emociones reprimidas en él.

Cuando introduces el enraizamiento en tu vida diaria, te ayuda a estar más presente y en conexión con la realidad, sin líos mentales.

Para empezar a reconocer el cuerpo, recomiendo el curso que regalo cuando te suscribes a mi página web: Primeros pasos para escuchar tu cuerpo. En él, doy ejercicios de terapia de movimiento y escritura para el autoconocimiento.

A parte del movimiento, para cuidar al cuerpo, también es necesario darle un buen combustible. A mí me gusta y me funciona la dieta vegetariana, pero prefiero no entrar en este tema porque no soy una experta en él. 

Espero que hayas disfrutado de esta entrevista con Núria Gallego. Si nos quieres hacer alguna pregunta o compartir tu experiencia, estaremos encantadas de charlar contigo en los comentarios.

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